Tú eres mi TODO más que cualquier tesoro.
Tú eres el luminoso más que todos los brillantes.
Yo podía, como todos, agradarte y tener alguien que me agradara;
Yo podía, como muchos, pertenecerte y tener alguien para mí;
Yo podía, como tantos, afirmar “soy tuya” y también decir: “eres mío, eres mía”.
Yo podía, como cada persona, ser escogida y escoger;
Yo podía, como libre, decidir sin preguntar tu querer.
Pero yo quise gritar que soy de todos y tuya,
Yo quise afirmar que nada es mío;
Yo quise declarar que no me pertenezco;
Yo quise preferir tu voluntad a mi querer;
Yo quise ser escogida por Ti sin escoger;
Yo quise optar por un amor que me hace amar;
Yo quise entregarme, dedicarme, donarme;
Y ahora veo al darme tantos se sirven de mí;
Al pertenecerte muchos me poseen;
Al seguirte todos se liberan;
Al escogerte algunos me prefieren;
Al separarme las multitudes me cercan;
Al estar sola ALGUIEN piensa en mí…
Autor: Padre Ignacio Larrañaga
viernes, 30 de abril de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario