BIENVENID@

"El Señor te bendiga y te guarde;

te muestre su faz y tenga misericordia de ti.

Vuelva su rostro a ti y te dé la paz .

El Señor te bendiga, herman@."

¡POR CRISTO VALE LA PENA JUGARSE!

¡POR CRISTO VALE LA PENA JUGARSE!

domingo, 4 de julio de 2010

Rv: re/ra/Mons. Frassia CEE 4 de julio


 
 

 

 

COMPARTIENDO EL EVANGELIO

Reflexiones radiales de Monseñor Rubén Oscar Frassia

Programa de radio Nº 400

 

Domingo 04 de julio de 2010

14º durante el año

Evangelio según San Lucas 10,1-12.17-20 (ciclo C)

 

Queridos hermanos, dos momentos para recordar: el primero, agradecer a Dios que nos ha permitido llegar al programa de radio nº 400, espacio que nos permite estar en contacto y en comunión con los oyentes y fieles; en segundo lugar, el próximo viernes es 9 de julio, día de la Independencia de nuestra patria y día de la Virgen de Itatí; le rezamos a Ella para que interceda ante Dios por nuestra bendita patria.

 

Evangelio: "la cosecha es mucha y los trabajadores son pocos"

 

El Evangelio de este domingo es muy rico y podríamos decir muchas cosas, por ejemplo: "la cosecha es abundante", o sea el trabajo es grande, pero "los trabajadores son pocos" y hay que pedirle a Dios que envíe trabajadores para la cosecha.

 

Ustedes que son fieles, cristianos, laicos, sepan que el Señor los llama; y a ustedes queridos jóvenes, el Señor también los llama. Los llama para una vida santa, de compromiso, de apostolado y a algunos tal vez los llame a una vida sacerdotal, o religiosa. Pero el mundo no está acostumbrado a escuchar este llamado; al contrario, no sólo que no está acostumbrado a escucharlo sino más bien lo rechaza.

 

El Señor dice que el que quiera ser discípulo va a sufrir, va a tener que dar la vida por el Señor; hay ciertas características y condiciones y hoy a nadie le gusta que le pongan condiciones y el Señor nos pone alguna condición.

 

Nosotros tenemos que darnos cuenta que el discípulo, que es enviado, tiene una misión y esa misión no existe sin la incomprensión y sin la persecución; sin el sufrimiento y sin la cruz. Cuanto uno más está en la misión, más encuentra la cruz, el dolor y el sufrimiento.

 

Pero el sufrimiento, como la cruz, es el lugar de la esperanza, de la profecía del Reino que viene, que se ha realizado y que es posible vivir de esta manera. Por lo tanto, no hay una vida sin cruz, hay una vida en el Señor por medio de la cruz.

 

Yo les pido que no se desanimen ante la adversidad; que no se demoren en el llamado ni se entretengan ante la respuesta. El Señor nos llama para dar la vida y estar más cerca de Él; cuando trabajamos en su nombre, ¡alegrémonos!, porque todo lo que hacemos en su nombre está anotado en el cielo. La Iglesia nos enseña a vivir en la esperanza, a dar el anuncio, pero jamás nos asegura el éxito. El éxito lo tiene el Señor.

 

Les dejo mi bendición: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

 

Amén